Ayer vi “Días del cielo”, segunda película de Terrence Malick. ¿Y qué puedo decir? si no… gracias! Gracias Malick por hacer un cine tan maravilloso que renueva nuestra fe y nuestras ganas de seguir viendo películas, una fe bastante mermada últimamente… pero vale la pena seguir intentándolo si de vez en cuando podemos encontrarnos joyas como esta.
Malick continúa retratando la naturaleza como a un personaje más de la película que se une al drama de los protagonistas. Una naturaleza que envuelve al hombre con un aliento espiritual que lo impulsa hacia delante y deja al espectador sobrecogido e hipnotizado. En esta ocasión es Néstor Almendros el encargado de fotografiar la obra de Malick y no podría haber encontrado mejor cómplice que el maestro español. Durante días tienes la sensación de continuar vagando entre las espigas de los campos de Texas.
Creo que es una de las películas que más ha llamado mi atención sobre la manera de enlazar, de conducir, la narración, de una secuencia a otra. Esos planos a caballo entre un suceso y el siguiente, adquieren una cualidad expresiva increíble.
Por qué ha hecho tan pocas películas, es un misterio, pero si gracias ha ello ha conseguido ser tan intenso, nos aguantaremos y esperaremos impacientes su próximo regalo.
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