22.11.12

La bicicleta más bonita del mundo



Tras meses de arduo trabajo, después de mil errores y consultas, venciendo el desaliento, la desesperación y superando las continuas crisis, por fin ve la luz la BICICLETA MÁS BONITA DEL MUNDO (bueno… ya sabéis… al menos para mi, que soy el padre). Gracias a todos los que me echasteis una mano.

21.11.12

Ultimas grabaciones



La Tristura y los niños viendo un montaje primigenio del documental. El lunes y martes fueron los dos últimos días de grabación, los niños han crecido desde que comenzamos hace ya casi un año y medio. Fue tiempo de echar la vista atrás, recordar buenos momentos y comentar a dónde nos ha llevado todo esto.

12.11.12

Kolkata


Creo que viajar por la India en bus hubiese sido sencillamente demasiado... aunque, ahora que lo pienso, sí que cogí un bus, creo que por Rishikesh, me parece recordar que no había otra opción y no fue realmente tan terrible. Claro que solo fueron unas horas, si tengo que pensar en los dos días con sus dos noches que pasé viajando, sin bajar del tren, camino de Delhi... el tren era la única opción posible. Tengo que buscar entre las viejas cintas minidv, no creo que haya material que merezca la pena montar, pero extraer algún fotograma podría estar bien, te podías pasar las horas asomado por la ventanilla, viendo la India pasar.

8.11.12

El Malecón














































El Malecón de La Habana es un lugar de una energía casi mágica un sitio de esos que se te quedan grabados en la memoria y que, de alguna manera, se convierten en un símbolo de la experiencia de un viaje o una ciudad.

Yo recorría a menudo gran parte de sus 8 kilómetros con la bici de origen chino que me prestaron, llenándome de olor a mar, contemplando a los pescadores atentos a sus cañas, los bañistas saltando entre las rocas, las jineteras al acecho, los músicos, los borrachos, los perdidos y los desocupados… Había que llevar cuidado, un repentino y fuerte bufido del mar solía preceder a una ola especialmente furiosa, que hacía saltar la espuma salada por encima de nuestras cabezas, dejándote empapado en pocos segundos.

Al otro lado de la carretera, la ciudad se iba curvando siguiendo la línea de la costa. Una ciudad al borde del colapso, edificios corroídos por el salitre y el tiempo, a veces sostenidos por improvisados andamios de madera, otras veces sostenidos por... puro milagro. La ciudad vieja entera parece apunto de desmoronarse cuando paseas por sus callejuelas y te asomas a sus patios. La decrépita belleza de la capital cubana es estremecedora.

5.11.12

Flores en Kolkata




Últimamente estoy revisando, recopilando, ordenando de nuevo viejo material para un ejercicio plástico de memoria y collage en forma de cuaderno de viaje. Rememorar muchas de estas cosas es casi un viaje en sí mismo.

Kolkata es, sin lugar a dudas, una de las ciudades que más me han impresionado en mi vida. Recuerdo la primera vez que llegué allí, un afixiante verano de hace ya unos años, con la romántica imagen en la memoria del lugar descrito por Lapierre en La Ciudad de la Alegría. Fue un desastre! La dureza de la ciudad, el calor, la contaminación, la pobreza, me dejaron aturdido y difícilmente pude aguantar cuatro o cinco días allí. También es verdad que venía del sueño de Varanasi, la ciudad sagrada al borde del Ganges y, el brusco despertar a la realidad de la india más cruda en Kolkata, fue aun peor de lo imaginado. Pero, por un motivo u otro, regresé en dos ocasiones más a la ciudad, en viajes posteriores. Y, con una mejor predisposición y menos calor, el extraño encanto de la ciudad terminó cautivándome. 

Uno de los lugares a los que volvía una y otra vez era la zona del famoso mercado de las flores. Resultaba casi mágico ver ese color brillante, completamente ajeno a la ciudad gris, cubierta de mil capas de polvo, y años de decadencia. Pero no solo era el mercado, sino la confluencia de muchos otros elementos, como el increíble puente de Howrah, el tunel negro bajo la carretera, el templo semiescondido, los ghats y vertederos codo con codo... y la gente, el trajín sin descanso de todo el día, gente comprando flores, bañándose en el río, descargando mercancías, cruzando el puente, rezando a los dioses.

4.11.12

Carreteras en el Amazonas



Uno de los recuerdos que tengo de los días que estuve trabajando en el Amazonas, son esas interminables carreteras que se perdían en el horizonte, perfectamente rectas y continuamente ondulando arriba y abajo. No sé cómo hacía el conductor para no dormirse. Me recordaban a la carretera de Arizona, camino del Gran Cañón hacía solo una semana, solo que aquí el paisaje era radicalmente distinto, rodeados por la selva, sorprendidos por violentos chaparrones que tan pronto aparecían como desaparecían.

La propia selva te impedía ver la selva. El espesor de la vegetación es casi impenetrable y desde la ventanilla del coche es frustrante ver pasar sin descanso una orilla monótona, que seguro escondía maravillas en su interior. Pero nos teníamos que conformar con el fugaz atisbo de alguna panorámica cuando nos encontrábamos algo más arriba, sobre alguna colina. No veía el momento de subir a la avioneta para contemplar el paisaje desde lo alto.

3.11.12

Restaurar



"A Dios pongo por testigo que no podrán derribarme. Sobreviviré, y cuando todo haya pasado, nunca volveré a restaurar una bicicleta antigua, ni yo ni ninguno de los míos. Aunque tenga que mentir, robar, mendigar o matar, ¡a Dios pongo por testigo que jamás volveré a restaurar una bicicleta antigua!"

2.11.12

El cuadro



Ya he recogido el cuadro, finalmente lo llevé a pintar (hace años pinté una bici yo mismo y bueno... no resultó muy bien). Creo que este finde lluvioso lo dedicaré a montar la bici, tengo 321 piececitas que ya he olvidado completamente dónde iban (espero que con las fotos me aclare)