17.10.07

Encontrar una lentilla en una discoteca

Esta segunda historia también es de hace bastantes años, cuando aún vivía en Alicante. Era verano y estaba trabajando en unas fotos para un concurso de una marca de whisky. No recuerdo muy bien cual era la idea, pero el caso es que estaba con una amiga, que hacía de modelo, en una discoteca de la playa de San Juan. Llevaba mi cámara Polaroid y quería conseguir alguna imagen de ella entre la multitud de un club, creo que con la intención de manipular posteriormente la polaroid.

Llevábamos un rato arriba y abajo y nos dirigimos a la pista de baile. Hacía mucho calor y el ambiente estaba muy cargado, yo entonces llevaba lentillas, y empecé a notar que los ojos se me secaban y las lentillas me molestaban. En el momento menos pensado, tratando de mirar por el visor de la cámara, la lentilla se arrugó en el ojo, dio un salto mortal y se fue vete tu a saber dónde. ¡Momento de pánico!, sin la lentilla no veía casi nada y no podía continuar haciendo fotos, por no hablar de lo que costaban por aquel entonces unas lentillas nuevas. Nos pusimos a buscarla a gatas en la oscuridad de la pista de baile con todo el gentío bailando por aquí y por allá. No se muy bien que buscábamos, la posibilidad de encontrar una lentilla transparente allí era más que remota. Una vez se me cayó una en el baño de casa y estuve diez minutos buscándola sin resultado, tuvo que venir toda la familia y aún pasó un buen rato hasta que una de mis hermanas la descubriese pegada a uno de los azulejos de la pared. Pero en una discoteca...

Aún así allí estábamos los dos, tanteando la negritud de la pista, como topos medio ciegos, rodeados de gente que ni se había dado cuenta de lo que pasaba. Excepto uno, que estaba allí con una copa en la mano, sin bailar y que debía haberse dado cuenta de la situación. Nos estuvo observando y en un momento dado dijo, sin perturbarse ni inclinarse lo más mínimo, ¿es eso lo que buscáis?, y yo seguí su dedo acusador, con mi ojo sano, hasta detener la mirada cerca de sus pies, donde estaba la lentilla, boca abajo y aparentemente intacta. La recogí sin dar crédito, me fui al baño, la limpié con la solución salina que llevaba en el estuche y me la volvía a poner. Algo no demasiado higiénico, lo sé, pero la necesitaba para seguir trabajando.

Cómo pudo verla sin poner la nariz en el suelo y sobre todo, cómo pudo sobrevivir la lentilla sin que ninguno de nosotros la pisásemos, sigue siendo todo un misterio.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hemos leido tu ultimo post y te estamos escribiendo desde el iPod Touch. Este aparatito tambien es un milagro. Saludos.

Juan Rayos dijo...

Vaya! no habéis esperado ni un día de más! ya tenéis el caprichito... La verdad es que tiene muy buena pinta, lo que dudo es que Antonio tenga manos para tantos cacharros que está acumulando...

Anónimo dijo...

La busqueda de la lentilla.
Mi mujer usa lentillas desde los años 60 del pasado siglo. Son tantas las veces que he buscado lentillas y en tantos sitios que ya ni me acuerdo. En una ocasión se quedó una pegada a un tubo fluorescente, pero la encontré.
Yo pensaba que las lentillas deberían fabricarlas con alguna sustancia que a una luz determinada respondiera con algo así como una fluorescencia.
Hace poco me regalaron una linterna de LEDS, y he aquí que la solución vino sola. Un día que se calló una lentilla blanda en el cuarto de baño se me ocurrió usar la linterna de LEDS, y he aquí que con esas linternas las lentillas destacan de un modo sorprendente. Desde entonces es la solución inmediata. Ahora no tardamos mas de medio minuto en encontrarlas.
Vivan las linternas de lEDS. LA SOLUCION PARA ENCONTRAR LENTILLAS PERDIDAS.
Que os sirva a los que lo necesiteis.
José C Delgado

Anónimo dijo...

He pedido perdón por mi falta de ortografía, pero no se donde se ha ido.

La lentilla se CAYÓ, no se CALLÓ, que si las lentillas hablasen no habría problemas con ellas.

José C. Delgado