Un humor bien negro
Mi hermana Catali me ha regalado el fantástico libro de relatos de Max Aub, "Crímenes Ejemplares". Afirma Aub que ninguno de los relatos es invención suya y que todos son fruto de una paciente recolección de más de 20 años... También dice:
"Reconozco que para hacerles hablar sin prejuicios, recurrimos -que no lo hice solo- a cierta droga hija de algunos hongos mexicanos, de la sierra de Oaxaca, para ser más preciso. Pero no publico sino lo que fui autorizado por quie podía hacerlo. No doy nombres, pero los tengo.
Posiblemente, como casi todo, no debí publicarlo. ¿Qué añado? Nada. Y si no se añade algo a la historia, nada vale."
Según vaya leyendo incluiré alguna de estas historias en el blog, aquí van algunas, las más cortas, algunas de solo una frase...
Era tan feo el pobre, que cada vez que lo encontraba, parecía un insulto. Todo tiene su límite.
Lo maté porque estaba segura que nadie me veía.
¡Qué se declare en huelga ahora!
Me sacó siete veces seguidas a bailar. Y no valían argucias: mis padres no me quitaban ojo. El imbécil no tenía la menor idea de lo que era el compás. Y le sudaban las manos. Y yo tenía un alfiler, largo, largo.
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