El acuario
Hace unos meses me compré un acuario. No se muy bien como empecé a interesarme por el tema de la acuariofilia, ni por qué me ha obsesionado tanto estos últimos meses... Supongo que la cosa viene de niño, cuando tenía un acuario de 90 litros con el que hacía todo tipo de experimentos y trastadas. Tuve, sucesivamente, peces tropicales, tortugas, pececitos e insectos acuáticos que cogía en riachuelos, y una temporada lo llené con agua de mar y con las pobres víctimas de mis exploraciones costeras, incluso llegué a meter una pequeña sepia que nada más entrar me lo llenó todo de tinta. Me hizo pasar muy buenos ratos (y no pocos disgustos), con el tiempo crecí (un poco), me mudé de ciudad y el acuario quedó atrás. Bueno, en realidad lo arrastré vacío tras de mí por varias casas, hasta que al final le hice una grieta en alguno de los traslados y me di cuenta que ya era hora de tirarlo.
Como todos sabemos, en cuanto tiras cualquier cosa vuelves a necesitarla al poco tiempo. En esta ocasión pasaron aún unos años, pero hace poco volví a echar de menos el acuario. Esta vez decidí que iba a informarme bien del tema, quería un acuario grande, de unos 300 litros, estuve meses leyendo foros, blogs y demás. Al principio me entusiasmaban los iwagumis, acuarios japoneses al estilo de los jardines zen, protagonizados por grandes rocas sobre verdes praderas de plantas tapizantes. De hecho intenté algo así, pero rápidamente tuve que desistir ante la dificultad de mantener un ecosistema estable de esas características. Además, según leía, cada vez me gustaban más los acuarios plantados de otro tipo, una cosa es ver una foto y otra muy distinta es tenerlo en casa, cuidarlo, ver como crece y como se transforma... Había gente como Takeshi Amano que tenía magníficos iwagumis, pero también hacía otras cosas, mucho más plantadas, pero de un estilo distinto a los clásicos holandeses, algo así como más "natural".
Por ahora estoy experimentando esto y aquello, la primera foto la tomé hace pocos días, empieza a estar bonito, aunque yo lo he estado disfrutado desde el principio. Más abajo están por orden algunas fotos de la evolución. Primero intentándolo solo con las tapizantes, luego añadiendo más y más plantas para intentar equilibrar el acuario y, más tarde, seleccionando una u otra variedad y ordenando un poco el pequeño jardín. Las últimas son de cuando regresé de la India, el acuario se pasó tres semanas sin podar.
El esfuerzo de mantener el acuario merece la pena. Sentarme frente al acuario con una taza de café es un de mis pequeños placeres diarios.
3 comentarios:
Vaya, hermano, sí que está bonito. Por cierto, te olvidas de la salamandra, las culebras de río y algún que otro bicho (acuático) más. Del resto de seres vivos que cayeron en nuestras manos y de sus muy diversos y trágicos finales hablaremos en otro post.
En cualquier caso, sí, es un placer sentarse a contemplar tu acuario.
Besos!!
Una vez un amigo me comentaba acerca del placer que era contemplar absorto el paseo ondulante de los peces y recorrer con la mirada su transito .. hace poco lo hice y me quede con ganas de mas .. Felicitaciones por el plus de relax despues de un dia so so complicated =)
Abrazos!
que risa con la sepia y su tinta!! jajajaja! es que te imagino....
el acuario era precioso, me retracto y me trago mis palabras.
besus
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