30.9.14
25.9.14
Bajo el mar

Mallorca! un paraíso mediterráneo al que llevaba tiempo queriendo volver. Este verano se me antojó el momento perfecto para disfrutar de la isla tranquilamente, así que alquilé una pequeña casita en Port de Canonges, un lugar suspendido entre la Sierra de la Tramuntana y el mar... más o menos como se sentía mi espíritu, feliz bajo el mar y deseoso de montaña en los momentos que me saturaba de la sal del mediterráneo.
Recorrí la costa noroeste de la isla, metiéndome entre las rocas caídas al mar desde riscos inmemoriales, flotando ingrávido en las aguas templadas y rabiosamente azules, sorteando medusas y dejándome arrastrar por las olas. La felicidad de sumergirse en el mar es inconmensurable. Salía del agua y caminaba bajo los pinos hasta encontrar otro acceso entre los pedruscos, volvía a entrar al mar y me lavaba el sudor, el sol, el cansancio... salía de nuevo y la costra de sal crecía sobre mi piel. Un día subí al Puig Tomir, a ver la isla desde lo alto. Las rocas de la cima, las nubes, el bosque y el mar... por ese orden, y encima de todo eso estaba yo, sumido en éxtasis, levitando sobre una isla de ensueño.


20.9.14
Verano
Este
verano fue un verano de verdad, como los de hace muchos años. Comencé pasando un par de semanas en Biar (Alicante), metiéndome en el agua todo el tiempo que
podía. Las excursiones solitarias, el silencio de la naturaleza y la ingravidez
acuática eran un auténtico bálsamo espiritual después de un año
movidito. Exploré el sur de la provincia de Valencia buscando lugares con ríos y pozas como Anna y Quesa, sorprende encontrarse estos paisajes en pleno agosto por estas tierras tan secas. A ratos andando por senderos o barrancos, a ratos chapoteando en tramos con poco agua... o directamente nadando y buceando en los momentos donde el agua era lo suficientemente profunda. Allí donde hay agua hay vida.

Etiquetas: mis fotos
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