La piedra entre la blanca arena rastrillada no fue traída por la violenta naturaleza. Fue escogida por el espíritu de un hombre callado y colocada, no en el centro del jardín, sino desplazada hacia el Este también por su espíritu.
No más alta que tu rodilla, la piedra te pide silencio. Hay tanto ruido de palabras gesticulantes y arrogantes que pugnan por representar sin majestad las equivocaciones del mundo.
Tú mira la piedra y aprende: ella, con humildad y discreción, en la luz flotante de la tarde, representa una montaña.
1 comentario:
Esta foto me gusta mucho mucho
Conoces el poema de watanabe
Jardin Japones.
JARDÍN JAPONÉS
La piedra
entre la blanca arena rastrillada
no fue traída por la violenta naturaleza.
Fue escogida por el espíritu
de un hombre callado
y colocada,
no en el centro del jardín,
sino desplazada hacia el Este
también por su espíritu.
No más alta que tu rodilla,
la piedra te pide silencio. Hay tanto ruido
de palabras gesticulantes y arrogantes
que pugnan por representar
sin majestad
las equivocaciones del mundo.
Tú mira la piedra y aprende: ella,
con humildad y discreción,
en la luz flotante de la tarde,
representa una montaña.
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