Crímenes Ejemplares IV
No puedo tocar el terciopelo. Tengo alergia al terciopelo. Ahora mismo se me eriza la piel al nombrarlo. No se por qué salió aquello en la conversación. Aquel hombre tan redicho no creía más que en la satisfacción de sus gustos. No se de dónde sacó un trozo de aquel maldito tercipelo y empezó a restregármelo por los cachetes, por el cogote, por las narices. Fue lo último que hizo.
Max Aub
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