27.5.08

Crónicas Habaneras

Hace unos días, desembalando las cajas tras la reforma, me encontré con algunas libretas de viajes y recordé las crónicas que enviaba por mail a los amigos y familia durante algunos de mis viajes. En el blog he relatado alguna cosa de Varanasi y Kolkata, o de la pequeña escapada a Praga y Bucarest. Ahora he pensado recuperar o recordar algunos viajes pasados e incluirlos en el Blog. No voy a seguir ningún orden, sencillamente según me vaya apeteciendo... Empezaremos por La Habana.


Crónicas Habaneras I
(5 de Marzo del 2002)

Ya estoy asentado en la ciudad. He alquilado un pequeño apartamento en Miramar, un barrio residencial algo alejado del centro, pero está muy bien de precio y no falta de nada en la minicasita. Todos los días cojo mi bici china de tiempos de la Revolución y traqueteando recorro los 8 kilómetros hasta el centro de La Habana. El viajecito es todo un poema, he de concentrarme en sortear los innumerables agujeros del asfalto al tiempo que mil cosas distintas reclaman mi atención. Afortunadamente el camino está salpicado de improvisados talleres de reparación, consistentes en una tela con cuatro o cinco herramientas encima junto a algunas piezas de repuesto y un hombre sentado pacientemente bajo el sol.

Al poco de salir, cruzo el Puente de Hierro sobre el río Almendares y entro en el Vedado, un populoso barrio de La Habana famoso por su glamurosa vida nocturna. Aquí suelo hacer un primer alto en el camino, bajo una pequeña sombra hay un puestecito donde tomar un bocadito (bocadillo) y un batido de Mame, el calor aprieta, ya estoy empapado en sudor y estoy seguro que el batido es el mejor que haya tomado nunca. Con nuevos ánimos continúo atravesando el barrio por la Linea o por la Calle 23. En esta última se encuentra la Cinemateca, cine con solera de rojas butacas en las que hay fijarse bien para elegir una medianamente cómoda. El otro día intenté asistir a una sesión, pero se fue la luz y continué marcha hacia Centro Habana, bajando por la Rampa, conocido tramo de avenida que desciende bruscamente hasta el mar. ¡Óyeme chico! Maravillosa vista desde el corazón del Vedado, sus amplias calles repletas de viejos coches americanos como salidos de una película de los 50, todo tipo de bicicletas, triciclos, motocarros, sidecars y guaguas a punto de explotar, llenas de cubanos apretujados. Y al fondo, se extiende el mar, de un azul imposible. Desciendo a toda velocidad y cojo el Malecón, la famosa avenida costera que articula la ciudad. Siempre hay gente sentada o paseando por allí, sobre todo al atardecer, tocando algún instrumento, buscando un cliente o simplemente mirando el mar, un perfecto mosaico de todos los personajes que te puedes encontrar en Cuba.

Con pena dejo atrás el Malecón internándome en Centro Habana, presidida por la extraña visión del Capitolio, de un grandísimo parecido al de Washington, pero en el corazón de la capital cubana. Y enseguida entro en La Habana Vieja donde la mitad de los edificios parecen a punto de derrumbarse de puro viejo. Exceptuando las dos o tres plazas turísticas, el resto son largas y estrechas callejuelas salpicadas de solares, casas derruidas y fachadas repletas de parches y cicatrices, calles donde rebosa la vida, la gente pasea, charla, juega a las cartas, se afanan bajo los capós desvencijados de los coches de museo, toman un helado, se gritan de balcón a balcón, o sencillamente se apoyan en una columna viendo pasar el tiempo. Hay negros negrísimos de ojo blancos blanquísimos, mulatas de chocolate perseguidas por las miradas y todo tipo de comentarios, viejos arrugados fumando habanos, cazaturistas que te ofrecen cualquier cosa que puedas imaginar, grupos de música tocando en los restaurantes, cubanos “haciéndose santos”, igawos, vestidos de pies a cabeza de riguroso blanco, mujeres entradas en carnes embutidas en mallas a punto de reventar, niños medio desnudos jugando el béisbol en los solares… Es Cuba, en todo su esplendor, y yo camino medio aturdido por entre sus calles.

1 comentario:

Paco Piniella dijo...

Buscando blog de viajes encontré el tuyo. Me gustó. Las fotos muy bien.
Salud.
Paco